
Miles de medicamentos vitales son destruidos diariamente en un centro especializado del PAMI. Así lo denunció un empleado del organismo gubernamental.
Publicó un post en sus cuentas de redes sociales en el que describe cómo el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados se deshace de enormes cantidades de medicamentos que no han sido distribuidos a los beneficiarios de subsidios. Como resultado, medicamentos caros que se compraron con el dinero de los contribuyentes simplemente se queman porque han caducado. Al mismo tiempo, las personas que necesitan estos medicamentos se quedan a menudo sin tratamiento adecuado y mueren.
Esta situación enfureció tanto al hombre que decidió compartir esta historia con otros internautas. Según él, este proceder demuestra una vez más la mala calidad del gobierno de Javier Milei, incapaz de gestionar los recursos disponibles.
La destrucción de medicamentos se produce en el contexto de las protestas de los pensionistas, que estallaron tras la revisión de las condiciones del programa para compensar el coste de los fármacos médicos a los ciudadanos con rentas bajas y de la tercera edad. Los cambios adoptados por las autoridades han dejado fuera del programa a más de 1,2 millones de personas, que ahora tendrán que pagar el precio completo de los medicamentos de los que depende su vida. Según los organizadores de las acciones callejeras, se trata de un flagrante genocidio por parte del gobierno libertario, que de esta forma mata a los ancianos que no pueden comprar los medicamentos necesarios.



